¡Hola, beduin@s! Os traigo la crónica de mi aventura de 15 días por tierras peruanas, comenzando por la vibrante Lima, navegando por las aguas del Titicaca hasta llegar al corazón de Bolivia, y culminando de nuevo en Lima. Os comparto mis imprescindibles, ese café que me robó el corazón, y ese rincón secreto que aún sueño despierta.
Día 1: Lima, el comienzo de la aventura
Mi primer día en la capital peruana fue un derroche de arte y sabor. Barranco, con su arte urbano y vibrante vida nocturna, me envolvió en su hechizo. No pude resistirme a los encantos del Parque del Amor en Miraflores, donde las olas del Pacífico susurraban historias de enamorados.
Restaurante en Lima:
- Central: Una explosión de sabores peruanos que bailaban en mi paladar. Cada bocado era un viaje por la diversidad del país.
Hotel en Lima:
- El Sol by Wynwood House: Mi oasis particular en Barranco, cuyas paredes respiran historia y cuyas camas invitan a soñar con los ángeles.
Día 2-3: Puno y el Lago Titicaca
La majestuosidad del Lago Titicaca me esperaba. Las Islas Flotantes de los Uros fueron un testimonio viviente de una cultura resiliente, y Taquile me regaló postales vivas de un azul que se fundía con el cielo.
Restaurante en Puno:
- Mojsa Restaurante: Donde la trucha del lago se convirtió en la estrella de una noche memorable.
Hotel en Puno:
- Sol Plaza Hotel: Donde despertar con vistas al lago era un privilegio que agradecía cada mañana.
Día 4-6: La Paz, entre brujas y teleféricos
La Paz me recibió con sus calles empinadas y un mercado que es un portal a otro mundo. El Teleférico me elevó sobre sus desafíos geográficos, regalándome vistas que cortaban la respiración.
Restaurante en La Paz:
- Gustu: Un homenaje a la Bolivia contemporánea en cada plato, una cena que se convirtió en una obra de arte.
Hotel en La Paz:
- Hotel Rosario La Paz: Un remanso de paz con sabor a historia en cada rincón.
Día 7-9: Copacabana
En Copacabana, el Titicaca me mostró su lado más espiritual. El Santuario de la Virgen de Copacabana fue un encuentro divino, mientras que la Isla del Sol me susurraba leyendas al oído.
Restaurante en Copacabana:
- Las Velas: Donde el pescado sabe a mar y a secretos antiguos.
Hotel en Copacabana:
- Hotel Onkel Inn Torres de Copacabana: Mi ventana al lago, mi refugio de tranquilidad.
Día 10-12: Salar de Uyuni
El Salar de Uyuni fue un espejismo hecho realidad, un desierto de sal donde el cielo y la tierra bailan en un abrazo eterno. La Isla Incahuasi fue un jardín de cactus en medio de la nada.
Restaurante en Uyuni:
- Minuteman Pizza: Un oasis de sabor en el desierto, donde cada pizza era un tesoro encontrado.
Hotel en Uyuni:
- Hotel Jardines de Uyuni: Mi cálido refugio después de un día explorando el infinito blanco.
Día 13-15: Regreso a Lima
Regresé a Lima para cerrar mi viaje, dejándome llevar por las olas de Miraflores y sumergiéndome en la noche limeña en el bar Ayahuasca, reflexionando sobre las maravillas vividas.
Restaurante en Lima:
- La Mar Cebichería: El broche de oro fue un ceviche que sabía a despedida, a promesas de volver.
Hotel en Lima:
- Hotel Casa Andina Premium Miraflores: Mi último refugio de lujo, envuelta en el abrazo cálido de una ciudad que ya sentía mía.
Boa viagem, queridos beduin@s, que cada paso sea una historia y cada bocado, un recuerdo imborrable.
